La incomprendida Barbie

Puedes ser lo que quieras ser, pero Barbie no.

Barbie debe ser correcta y al mismo tiempo astuta.

Barbie también debe cuidar su imagen, aunque se le critique por ser muy delgada y superficial.

Barbie es una muñeca de plástico, pero le exigen que sea más que un juguete.

Ahora que tiene más de 250 profesiones, como astronauta, veterinaria, bailarina, cantante, chef, diseñadora, empresaria, piloto, maestra, escritora, farmacéutica, presidenta, modelo y paleontóloga, se burlan de ella porque, en la vida real, sería imposible estudiar tanto.

Lo que posiblemente no sabías es que Barbie ha triunfado gracias a su aspecto.

Aquellas niñas de 1959 preferían jugar con Barbie porque lucía como una mujer adulta y no como una bebé. Es decir, hace 64 años esas niñas no querían ponerse en el lugar de una persona que daba tetero, cambiaba pañales o cuidaba a otro ser humano.

El salto más espectacular que la muñeca creada por Ruth Handler podía dar finalmente ocurrió: la película Barbie dirigida por Greta Gerwig y escrita junto con su esposo Noah Baumbach, el primer «live action» de este personaje infantil del que han hecho unos 40 filmes.

Si algo me intrigaba era lo convincente que podría ser la trama.

Aunque la estrategia publicitaria fue sensacional y empujó al cine a buena parte de los espectadores, la película se ganó mi respeto. Además de los efectos especiales, el reparto actoral, la banda sonora y la fotografía, la historia -en particular el tono que escogieron para contarla- me sedujo desde los primeros minutos.

Por supuesto que no es una comedia feminista, en el sentido estricto de ese movimiento, pero se mofa del patriarcado, de la sociedad estereotipada y de muchas otras cosas de las que no estamos acostumbrados a conversar, ni siquiera a pensar.

Está recomendada para mayores de 13 años y tiene sentido que así sea: después de todo, la muñeca anoréxica y rígida de Mattel nos hace -sarcásticamente- reflexionar, a menos que tus brazos y piernas sean de co-polímero de etilen-vinil acetato, tengas el dorso lleno de acrilonitrilo butadieno estireno y estireno acrilonitrilo, tu cabeza esté hecha de PVC rígido y tus articulaciones funcionen con polipropileno, igual que la propia Barbie.

Ni la muñeca ni la película transformaron mi vida para siempre o llenaron un vacío que había en mi corazón, pero esta producción fue como un bálsamo sensorial y espiritual, y la única manera de contradecirme es viéndola.