El inning de tu vida no fue ayer ni será mañana.
Estás en la antesala de un juego completo en el que tú eres el árbitro.
Aprende de los ponches, y cántale doble play al pesimismo y al bloqueo creativo.
Cada error te enseña el camino que no debes volver a tomar.
No te desesperes si no llega ese home run que te ahorrará tiempo.
A veces necesitas un solo hit para dejar en el terreno ese trabajo que tanto odias o a la persona que te hace daño.
Si sientes que se llenan las bases de tu estabilidad emocional, recuerda que un strike puede hacer la gran diferencia entre el colapso y la liberación.
Reflexiona tras cada foul mientras tu mente se prepara para el out de la victoria.
Por último, mide tu efectividad por cada cosa buena que tienes y no por aquello que te falta.
El inning de tu vida no fue ayer ni será mañana. ¡Es ya!
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Crecí con un papá beisbolero fanático del equipo del león que él jura «glorioso», y con una mamá más seguidora de La Samba que del propio tiburón guairista. A ellos dedico este lanzamiento.
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